Para pedidos ponerse en contacto con arancha@bodegasmendieta.com
Más de 120 años
de tradición



Desde el momento mismo en que Deucalión arrojó sobre la desnuda tierra las piedras de donde brotaron los hombres, empedernida raza, al punto impuso la naturaleza a lugares determinados leyes ciertas y eternas normas.” Virgilio, Geórgicas

Una historia que fermenta con el tiempo
En Bodegas Mendieta llevamos más de un siglo cultivando algo más que vino y aceite: cultivamos vínculos con la tierra, con nuestras raíces y con quienes valoran la autenticidad.
Desde 1900, cinco generaciones han compartido una misma visión: hacer las cosas bien, con respeto y con sentido. Comenzamos en La Mancha, con las primeras viñas plantadas en El Duquesillo, y hoy seguimos creciendo con nuevas fincas, nuevas ideas y la misma esencia de siempre.
Nuestro compromiso no es solo con la calidad del producto, sino con todo lo que lo rodea: el entorno natural, la forma de trabajar la tierra, las personas que nos acompañan y la manera en que llevamos cada botella hasta quienes la disfrutan.
Contamos con bodegas en Alcázar de San Juan y Daimiel, y con un equipo de profesionales que conocen cada paso del proceso, desde el campo hasta la copa. Gracias a ellos, nuestros vinos y aceites han llegado a más de 200 clientes en Europa, América y Asia, manteniendo siempre el alma de origen.

Tradición y equipo humano
Detrás de cada vendimia, de cada cosecha, hay personas. Personas que han heredado el saber de generaciones anteriores y lo han combinado con nuevos conocimientos, sensibilidad y compromiso.
Juan Antonio Guillermo Mendieta fue quien impulsó esta historia, adquiriendo las fincas que aún hoy son parte de nuestro corazón. Su hija, Arancha Guillermo Mendieta, sigue ese camino, con la misma pasión y responsabilidad por mantener vivo el legado familiar.
Hoy somos más de 50 profesionales que compartimos valores, visión y amor por lo que hacemos. Trabajamos en contacto directo con la tierra, conociendo sus ritmos, respetando sus tiempos. Porque sabemos que detrás de cada fruto hay un trabajo bien hecho, y detrás de cada botella, un equipo que la ha hecho posible